¡Enhorabuena!
Ya eran las cinco, sonaba la música y comenzaba el fin de semana.
Era un veintidós de diciembre, Asier, un niño de ocho años, echado en el sofá, soñaba despierto...
Pensaba en si Papá Noel le traería su regalo, había pedido el perrito que siempre había querido tener.
Aquella noche escuchó un ladrido de un perro pequeño. Estaba en una cajita en el salón de su casa. La sorpresa fue inolvidable. Lo llamó Wally.
Hoy Wally tiene un año, se ha hecho grande, es noble, bonito y cariñoso. Asier es un niño más feliz y no entiende una vida sin él.
Iván Sánchez Rodríguez
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